lunes, 15 de abril de 2013

División interna en el PP a propósito de la reforma local

Extraído del periódico La Verdad de Murcia, artículo de Antonio Montilla: 

La reforma de la administración local trae de cabeza al Gobierno de Mariano Rajoy. La Unión Europea mete presión para que España pode su red municipal, tal y como han hecho Italia o Francia, como una vía más para reducir el gasto público. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha encontrado mayor resistencia de la esperada en su propio partido para sacar adelante una ley con la que espera ahorrar más de 7.000 millones de euros, pero que enfrenta a alcaldes y presidentes autonómicos del PP.

Rajoy, durante la última reunión de la junta directiva nacional de su partido, pidió un último esfuerzo para lograr el mayor consenso entorno a esta reforma. De hecho, los populares han enviado una nueva propuesta al PSOE para intentar aprobar la norma en el Congreso, al menos, con el respaldo de los principales partidos del arco parlamentario. Pero más que al muy posible rechazo socialista, Rajoy lo que teme es la contestación en las propias filas del PP.

El presidente del Gobierno ha encargado a Javier Arenas, vicesecretario general de política local y autonómica del PP, que él y su equipo de Génova (Juan José Matarí, Manuel Cobo y Antonio Sanz, entre otros) se reúnan con todos los presidentes provinciales del PP y con una representación de alcaldes de cada provincia para conocer de primera mano sus propuestas y, sobre todo, que mantengan un diálogo fluido con los máximos dirigentes de la Federación de Municipios y Provincias de España (FEMP). 

Durante estos encuentros, los populares han recopilado una serie de peticiones que van a trasladar al Gobierno para que intente flexibilizar algunos aspectos de esta reforma local, con el fin de sumar apoyos. Unas propuestas que, en líneas generales, coinciden con las alegaciones que la FEMP presentó al Ejecutivo en nombre de 13 federaciones territoriales de municipios y provincias, trece diputaciones provinciales y 35 ayuntamientos. 

Una de las principales exigencias de los alcaldes es la de eliminar de la reforma la posibilidad de que el Gobierno central pueda intervenir ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. «Consideran que esta medida no es necesaria, porque la ley de Estabilidad Presupuestaria ya contempla herramientas similares para actuar en aquellos municipios que se endeuden en demasía», explica un dirigente popular. 

También instan al Ejecutivo a retirar de esta norma el apartado que obliga a realizar auditorías a todos los ayuntamientos de España. A cambio, proponen que esta investigación se centre solo en aquellos municipios con déficit elevado o que incumplan otros aspectos de la ley de Estabilidad Presupuestaria.
Otro vértice de la reforma que ha generado mucha controversia es quién asume el coste de las denominadas competencias impropias que ahora desarrollan los ayuntamientos, sobre todo en materia de sanidad, servicios sociales y, especialmente, en educación.

En una reciente reunión celebrada en Génova, el presidente de la Comunidad Madrid, Ignacio González, expuso ante un nutrido grupo de alcaldes madrileños y varios dirigentes del PP que su Gobierno regional no podía asumir, de ninguna manera, los 700 millones de euros anuales que los consistorios emplean, por ejemplo, en el mantenimiento y gestión de todos los centros públicos de enseñanza. 

El Gobierno ya se ha comprometido a dar respuesta a este problema, que afecta al resto de presidentes autonómicos. 

En el texto de la reforma se hace hincapié en la necesidad de establecer un coste estándar y unificado para todos los servicios que presten los ayuntamientos, de modo que sea homogéneo en todo el país. Una cuantificación que el Ejecutivo había delegado exclusivamente en el Ministerio de Hacienda. El PP solicita ahora que la FEMP tenga un papel destacado en la elaboración de esta 'carta de precios'. De hecho, los populares han trasmitido al Gobierno la necesidad de dotar a la FEMP del carácter institucional del que ahora carece para que sus informes puedan ser vinculantes.

Pago de dietas
 
Los alcaldes, salvo los de las grandes ciudades, no han rechazado de plano la intención del Gobierno de establecer un sueldo máximo para los primeros ediles, que nunca podría superar al de un secretario de Estado. Más malestar ha suscitado la decisión de limitar el número de personal eventual que puede contratar cada ayuntamiento o diputación provincial. A partir de que entre en vigor esta reforma, solo el 17% de los 65.896 concejales de España podrán tener dedicación exclusiva. Ninguno de ellos será de un municipio con menos de mil habitantes. No obstante, los representantes de la administración local del PP quieren que estos alcaldes de municipios pequeños puedan percibir distintas cantidades para cubrir los gastos que le genera su dedicación exclusiva al pueblo.

Una de las disposiciones de la norma que más ampollas levantó fue, sin duda, el nuevo papel de los interventores municipales. «Un interventor ha ganado una oposición, pero yo he ganado unas elecciones», exponía un alcalde popular para explicar su oposición a dotar a estos funcionarios de una mayor capacidad de veto. El PP propondrá que el interventor mantenga la máxima capacidad de fiscalización, pero sin entrar en la valoración política de un proyecto de un presupuesto, es decir, que su papel será casi el mismo que en la actualidad.

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